EL PCE LLAMA A PARTICIPAR EL PRÓXIMO 6 DE MAYO CONTRA LA REGULACIÓN DE LOS ÚTEROS DE ALQUILER
El PCE rechaza la regulación de los úteros de alquiler porque supone un ataque frontal contra los derechos de mujeres y de niñas, además de que implica apuntalar la desigualdad y la feminización de la pobreza.
El neoliberalismo patriarcal tiene como objetivo mercantilizar la vida de las mujeres justificándose en el consentimiento y la libre elección. Cuando no existe ni consentimiento, ni libre elección, la mayoría de mujeres que acceden a estos contratos, son mujeres que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad extrema y de necesidad económica, mientras que la mayoría de las personas que alquilan y compran sus vidas y sus bebes disponen de un gran poder adquisitivo.
Este sistema ha construido un discurso, amable y altruista, que va calando sutilmente en las mentes de las personas, a través de los medios que están al servicio de los mercaderes de vidas humanas, han construido un discurso a favor de los úteros de alquiler, a favor de la mercantilización de los cuerpos y de las vidas de niñas y mujeres, pobres del mundo.
¡Llamemos las cosas por su nombre! Esta práctica no es una técnica de reproducción asistida, sino la compraventa y el alquiler del útero, del cuerpo, de las emociones y los vínculos de un ser humano, de una mujer obrera durante nueve meses. No se puede separar el útero de la sangre, del sistema hormonal, del sistema nervioso, del sistema emocional. Una mujer no puede separarse de su cuerpo. Y los seres humanos no pueden venderse o regalarse por mucho que haya quien pueda, quiera o desee tenerlos.
Hacerlo por “altruismo “es realmente un eufemismo que enmascara una práctica comercial. La casi totalidad de las mujeres lo hacen por motivos económicos.
Desde el PCE defendemos los derechos de las mujeres, sobre todo los de las más pobres, los de las de la clase trabajadora, en un contexto en el que el machismo se refunda, aumenta la violencia contra las mujeres, la desigualdad sexual y la feminización de la pobreza. La falta de trabajo digno de las mujeres y una vida digna es el origen de la práctica totalidad de todas las desigualdades que sufren las mujeres.
Desde la derecha neoliberal de este país, hay una clara intención de legalizar esta práctica de compra/venta de seres humanos y mercantilización del cuerpo de la mujer, es un tema que ya está en la agenda política y las y los comunistas no vamos a permitir que una regulación a este respecto vea la luz. Para el PCE es una prioridad tumbar este ataque frontal hacia las mujeres, y que supondrá que el feminismo sufra uno de los peores reveses de la historia.
Por ello convocamos a toda la militancia a secundar la convocatoria de LA RED ESTATAL CONTRA EL ALQUILER DE VIENTRES.
6 DE MAYO, CONCENTRACIÓN EN MADRID CONTRA LA FERIA DE ALQUILER DE VIENTRES (por concretar)
La gestación subrogada es una mejora en la infraestructura técnica y productiva. Toda oposición a una mejora técnica o científica es una batalla perdida, pues al final esta siempre acabará imponiéndose. El segundo concilio lateranense prohibió el uso de la ballesta contra las tropas cristianas, considerándola odiada por dios. Era inadmisible por su grave inmoralidad e injusticia, que alguien pudiera ser saeteado atravesándole a distancia la armadura de forma harto cobarde, sin entablar combate alguno. De nada le sirvió a la nobleza medieval el oponerse a los cambios técnicos que llevaron al fin de la caballería acorazada. Primero las saetas de las ballestas y después las balas de los mosquetes les atravesaron las armaduras y dieron por terminada para siempre la guerra medieval.
La máquina de vapor fue otra importantísima mejora técnica y productiva en la historia de la humanidad, que cambió el mundo para siempre. El primer proletariado no era progresista, sino reaccionario. Eran antiguos artesanos arruinados por el maquinismo, que luchaban denodadamente contra esta mejora técnica y pedían su prohibición por los innúmeros, evidentes y claros males que provocaba en el capitalismo manchesteriano. Su objetivo era acabar para siempre con las máquinas de vapor, destruyéndolas violentamente si era necesario. Engels en Revolución y Contrarevolución en Alemania, indica: “…no tiene nada de extraño, que al comienzo de la revolución, gran parte de los obreros reclamara inmediatamente el restablecimiento de los gremios y de las privilegiadas industrias de los oficios medievales.”. Y Marx dice en El Capital: “Hubo de pasar tiempo y acumularse experiencia, antes de que el obrero supiese distinguir, entre la maquinaria y de su empleo capitalista, acostumbrándose por tanto, a desviar sus ataques de los medios materiales de producción, para dirigirlos contra la forma social de explotación.”. Por ello, ambos no sólo se opusieron terminantemente a la prohibición o destrucción de la máquina de vapor, sino que siempre estuvieron a favor del máximo fomento del maquinismo, aunque tuviera que ser mediante el sistema capitalista de explotación.
En este manifiesto sobre los vientres de alquiler, se está confundiendo la gestación subrogada con su uso capitalista. Todo adelanto técnico es necesariamente bueno y no debemos oponernos a él por su mal uso, porque además es un desperdicio inútil de fuerzas y recursos, pues es una batalla perdida de antemano. Es imposible oponerse a estas invenciones técnicas y científicas, que a la larga siempre triunfan. En nuestra sociedad toda la tecnología y toda la ciencia de la que disponemos se utilizan de forma capitalista y no por ello nos oponemos a su uso, sino todo lo contrario. Lo apoyamos en todo lo posible y en todos los ámbitos. Siempre es mejor el fomento de las fuerzas productivas, aunque sea mediante un uso capitalista y explotador, que el sufrir el atraso científico, productivo y material en una sociedad fuertemente subdesarrollada. El oponerse a este no es propio de progresistas, sino de reaccionarios. De absolutos y totales reaccionarios.
Por otra parte, en este manifiesto se confunde al lumpen con el proletariado. El lumpen no es parte de la clase obrera, sino su enemigo. Las mujeres que alquilan sus úteros no pertenecen al proletariado. Por definición, no pueden pertenecer a la clase obrera. En una nota a la edición inglesa de El Manifiesto Comunista de 1888, Engels indica: “Por burguesía se entiende, la clase de los capitalistas modernos que son los propietarios de los medios sociales de producción y que explotan el trabajo asalariado. Por proletariado se entiende, la clase de los trabajadores asalariados modernos, que ya que no poseen medios de producción propios, dependen de la venta de su fuerza de trabajo para poder vivir.”. El obrero metalúrgico vende su fuerza de trabajo por un sueldo a su empresa para poder vivir, pues al no ser dueño de los medios de producción con los que trabaja, no le queda otro remedio. El bancario también hace lo mismo, pues no es propietario de un banco propio en el que poder trabajar. Quienes alquilan sus úteros no pertenecen al proletariado, sino al lumpen. Es imposible que pertenezcan al proletariado. No sufren una explotación capitalista por no ser dueñas de los medios de producción con los que producen, por lo que se les extraería una plusvalía no pagándoles la totalidad del fruto de su trabajo. Las madres de alquiler no pertenecen al proletariado. No son unas trabajadoras que no disponen en propiedad de los medios materiales para poder gestar, teniendo que trabajar para este fin con un capital ajeno que les extrae una plusvalía. No son gestadoras profesionales, que se ven obligadas a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas por no disponer en propiedad de los medios materiales necesarios para realizar su trabajo profesional de gestación. Eso sería considerar la gestación subrogada como un trabajo proletario, lo que evidentemente no es. No podemos tener con ellas una solidaridad de clase, porque no pertenecen a nuestra clase social. No pertenecen a la clase obrera, sino al lumpen. Aunque quisiéramos, no podríamos tener con ellas ninguna solidaridad de clase. El partido es declaradamente clasista. Todos los demás partidos también son clasistas, defendiendo los intereses de una facción o parte de la clase burguesa, pero niegan el serlo. Por ejemplo, el Partido Popular niega terminantemente ser un partido clasista, sino que indica que está al servicio de absolutamente todos los españoles, procurando el bienestar de toda la nación. Pero nosotros somos un partido declaradamente clasista. Somos el partido de la clase obrera, que defiende sus intereses económicos y materiales contra todo y contra todos. Al utilizar los recursos del partido para defender a un sector del lumpen, se está traicionando a la clase obrera. Al partido no le deben preocupar en modo alguno las desagracias del lumpen, porque además el lumpen es un enemigo del proletariado.
Y también indicar, que en este manifiesto se nota una importante escasez del componente de clase, que debe ser básico y primordial en todos los documentos del partido. Escasez, que lamentablemente es casi inexistencia. El manifiesto está gravemente contaminado por el feminismo burgués, por no decir que el feminismo marxista apenas está presente en este. No hay apenas análisis de clase. Para realizar un análisis marxista correcto del problema, hay que entender a Clara Zetkin cuando expone: “La lucha de emancipación de la mujer proletaria no puede ser una lucha similar a la que desarrolla la mujer burguesa contra el hombre de su clase; por el contrario, la suya es una lucha que va unida a la del hombre de su clase contra la clase de los capitalistas.”. Pero en este manifiesto, en ningún caso se habla de una lucha en la que van unidos los trabajadores de ambos sexos contra la clase de los capitalistas. Se habla de un ataque del neoliberalismo contra todas las mujeres de todo tipo, cosa estúpida, teniendo en cuenta que las mujeres de la burguesía serán las grandes bonificadas de la ley de alquiler de úteros. A los varones de la clase trabajadora se les considera un elemento absolutamente pasivo y totalmente ajeno a todo lo que sucede. No se entiende como una lucha conjunta de ambos sexos del proletariado contra sus explotadores. La infraestructura de explotación capitalista, que sufre el proletariado de ambos sexos, parece como si nada tuviera que ver en la superestructura sexista de nuestra sociedad.
En el manifiesto, se indica que todos los ataques van dirigidos contra las mujeres ¡en su totalidad! “…un ataque frontal contra los derechos de mujeres y de niñas…”. Lo de las niñas ya es surrealista. El que lo entienda, que me lo explique. Supongo que se referirá a las niñas gestadas mediante subrogación, porque la otras por definición, no pueden alquilar sus úteros para la gestación. “…mercantilizar la vida de las mujeres…”. “…los derechos de las mujeres…”. “…la violencia contra las mujeres…”. “…ataque frontal hacia las mujeres…”. Asombrosamente, las víctimas son las mujeres en su totalidad y sólo las mujeres en su totalidad. El atacante es el neoliberalismo, como si no hubiera mujeres profundamente neoliberales. Es un argumento que cae en la estupidez más ilógica.
Un análisis marxista un poco más riguroso y acertado, que la birria de análisis antimarxista que se nos propone, nos indicaría que los grandes beneficiados de esta ley serán los burgueses de ambos sexos, principalmente las mujeres, que gracias al dinero obtenido de la explotación del proletariado de ambos sexos, serán quienes principalmente podrán contratar los úteros de alquiler del lumpen. Incluso es posible que una pequeña parte del proletariado de altos ingresos pueda verse beneficiada también por esta ley en alguna medida. A su vez, el grupo más perjudicado serán ciertas mujeres del lumpen, que en su miseria se verán obligadas a aceptar esta situación. Aunque si consideramos al lumpen como un producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la sociedad, es posible que incluso salgan beneficiadas dada su lamentable y rastrera condición. Así de simple, de lógico, de claro, de breve y de correcto es un análisis marxista de clase de una ley de alquiler de úteros. Un análisis mediante clases y grupos sociales, que es el que siempre debe efectuar este partido y no el galimatías antimarxista que se nos expone y se nos propone, por no decir que se nos pontifica. En consecuencia, la clase obrera no se verá perjudicada por la ley de alquiler de úteros. Análisis de clase concluido y posición del partido definida. Así de fácil y de sencillo.
Los partidos comunistas deben regir su funcionamiento interno mediante el centralismo democrático, pero el nuestro no es un partido comunista en este y en otros muchos aspectos. No se rige mediante una combinación del centralismo y de la democracia. Las decisiones no se adoptan mediante discusiones y debates que fluyen permanentemente de abajo a arriba y viceversa, en un continuo viaje de ida y vuelta entre los órganos superiores y la militancia de base, en la idea de que el partido así se fortalecerse ideológicamente. Por el contrario, la dirección decide lo que le da la gana sin informar previamente a la militancia y esta sirve principalmente para pegar carteles, colgar pancartas y acudir a los mítines para que estos sean un éxito de asistencia. La actuación de la Secretaría de Mujer del PCE en este caso es un ejemplo evidente, aunque sólo uno más. No se consulta para nada a la militancia, que tiene la primera noticia de las decisiones cuando se le mandan ya aprobadas. Si al menos tuvieran calidad técnica y fundamento marxista, el asunto sería menos grave y menos problemático, pero sucede todo lo contrario. Arriba se lo guisan y arriba se lo comen. Asunto concluido.
Ruego a la Secretaría de Mujer del PCE, que me responda a través de este blog de Neuronas Rojas o que si lo hace por otra vía u otro medio, que me avise a través de este para que pueda estar informado de su respuesta.