OTAN NO, la guerra empieza aquí

Trump se frota las manos en este juego, se ve poderoso para imponer sus criterios al medio mundo más rico, pero lo que Trump hace es agigantar  lo que desde siempre han venido practicando los EEUU.

En la asignatura de Economía Política, siendo catedrático Gimeno Ullastres, en sus textos se hablaba de la política económica “macro” sobre la política de contingentes que se practicaba en los EEUU, al menos desde los años 80, y supongo que antes también.

La política económica de contingentes, así se denomina por la doctrina, consistía en la imposición de aranceles a los productos extranjeros para defender los bienes de producción nacional. Esta protección sin duda es contraria a la doctrina de la competencia, la libre competencia, y es defender el producto nacional respecto del que viene del extranjero, y para ello basta con encarecerlo, de tal suerte que no pueda competir en precio con el producto nacional. Es simple.

El mensaje de Trump que tanto escandaliza a la vieja Europa, la Europa de los gobiernos gallinas,   es porque la producción que se realiza con los fines de exportación a EEUU, entre los que no hay que olvidar las patas de jamón, el aceite y nuestros vinos, por decir algo; el ponerles aranceles muy elevados significa que se reducirá y mucho la exportación o producción de esos bienes. Y también, que puede que otros fuercen a que empresas yankyes produzcan productos sustitutivos, que no serán vendidos en aquellas tierras. ¿Acaso alguien piensa que una sociedad tan consumista como la yankee se va a pegar un tiro en el pie?

Europa no sólo se pegará dos tiros en el pie sino alguno más, por querer seguir sirviendo al amo. Es provocar quien resiste más e impone sus criterios.

¿Qué hacen las empresas para vender más?. Reducir sus precios y con ello sus márgenes de beneficio. Es sencillo: si provoco un colapso en la venta, si esos productos quieren salir, tendrán que reducir su precio y reducirlo mucho, tanto que puedan competir.

Por el contrario, sin olvidarnos de la fabricación militar, que son casi 800.000 millones € con los que ya cuenta Trump (una inyección de dinero que le permitirá estas medidas), pues Europa no encuentra más alternativas que seguir los dictados yankees: continuar una guerra perdida y soportar todo el coste de mantener a Zelensky en el poder y alimentar a sus secuaces para que funcione su estructura administrativa y darles todo el armamento militar más sofisticado que sean capaces de comprar a los yankees, 800 mil millones de euros, una animalada.

Por supuesto, a Rusia todas las sanciones y quiebra total del comercio; con lo que se queda Europa en pelotas totalmente, pues EEUU de todo esto parece que van a comenzar por fabricar todo lo necesario, como si estuvieran en guerra contra el resto del mundo. Y eso es una de las consecuencias de los aranceles salvajes. Con el dinero que va a entrar de los países extranjeros, dará para que ellos monten lo que tengan que montar para la fabricación de todo, todo hecho en EEUU.

Europa es deficitaria en todo, en acero, maderas, y combustibles, sin camiones no hay transporte. ¿Acaso llegaremos a tiempo para fabricar motores con la combustión de hidrógeno? ¿Sin acero ni aluminio se pueden fabricar coches o electrodomésticos? En fin, la vieja Europa se ha pegado un tiro o dos tiros demasiado graves a sí misma, y esto no ha hecho más que empezar. ¿O acaso Europa va a comprar acero y aluminios rusos con estas sanciones, o va a seguir importando gas licuado del petróleo en sustitución del gas natural, mucho más limpio y barato, que procedía de Rusia? No, la vieja Europa se ha desnortado por completo y además apoya una guerra perdida y apoya al nazi de Zelensky, y de otra ha abandonado totalmente los derechos Humanos y las resoluciones de la ONU en Palestina, les ha vuelto la espalda esta pandilla de gobiernos gallinas europeos.

Contra una política de contingentes, sólo cabe otra política de contingentes y otros aliados comerciales, pero Europa se pega un tiro en el pie a ir a una guerra contra quien es su socio comercial natural que no es otro que Rusia. Está claro que la reciprocidad es dar un mismo trato, pero Rusia no había hecho nada a la UE, salvo las medidas yankees impuestas a Rusia con sus correspondientes sanciones.

Lo mismo aprendemos algo, lo mismo investigamos algo, lo mismo somos capaces de fabricar cosas, y lo mismo encontramos todos los recursos para pasar olímpicamente de las chaladuras de Trump, y restablecer cuando toque un comercio sano, pero que de momento es que creo que Europa no debe importar ni un solo euro a EEUU.

Ahora bien, las empresas multinacionales norteamericanas también se han introducido en ser empresas de servicio, eso si que es muy malo, malísimo, hay que imponerles condiciones mínimas como tienen las empresas españolas en España, y luego habría que ponerles el impuesto europeo equivalente o recíproco de lo que hace Trump allí en su tierra.

Ahora iremos un poquito tarde hacia conferencias de paz, cuando y sabido es, que Ucrania no va a rendirse, que este conflicto será eterno; y que lo que se busca es un respiro, para que cuando ataquen pillen a Rusia desprevenida o dormida, pues la paz es falsa como se ha venido demostrando. Que lo único de que ha servido es para que armen hasta los dientes a Ucrania para lanzarla a la guerra, han tenido la paciencia de esperar casi 20 años para provocar esta guerra, 20 años para hacerse con un ejército, y 20 años para ir a la provocación contra Rusia, y aunque a Rusia la han engañado, esta vez parece que va a costar más y muchos más dineros y vidas.

En la economía, ahora sigo en Europa, si tengo que bajar producción, y además bajar precios, pues ya sabemos de qué hablamos, de una recesión económica, más nivel de parados, y supongo estaremos en una inflación, que los precios se mantienen y el paro sube. Cuando menos es un fenómeno que se producirá.

Qué podemos esperar, creo que Europa está más deseperada que nunca, y más próxima a desintegrarse que ser una coalición decente que de equilibrio a este mundo.

Salud

Feipe B.

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