(XX CONGRESO PCE CUADERNO 1: DOCUMENTO POLÍTICO Pagina 67)

El federalismo hace posible una profundización de la democracia y de la participación  ciudadana,  el  autogobierno  local  y  regional,  la  cooperación  y  la  solidaridad interterritorial, el respeto y la integración de diferentes identidades, la compatibilidad entre autodeterminación y pertenencia a una organización política común. Nuestra propuesta federalista edifica la organización política sobre la idea de pacto y negociación multilateral.

El Estado federal permite que cada unidad federada preserve su identidad y comparta  y  se  enriquezca  con  otros  aspectos  en  el  seno  de  la  nueva  comunidad.  La Constitución Federal, debe recoger la participación de las unidades federadas en la conformación  de  la  voluntad  estatal.  Ésta  participación,  así  como  su  autonomía legislativa, constituyen elementos esenciales del tipo de autonomía política presente en este tipo de organización territorial.

Estructura bicameral del Parlamento que permita que junto a la representación del «pueblo federal» figuren la representación de los estados miembros o las unidades federadas.

La representación de las unidades federadas se hace en la segunda Cámara, cuya función consiste en poner en contacto a las unidades federadas con la Federación. Y  deben  establecerse  garantías  en  los  textos  constitucionales  para  la  autonomía local y la suficiencia de la financiación de las entidades territoriales.

La reivindicación y defensa hoy del principio democrático de la libre determinación es necesaria especialmente en relación a los derechos democráticos y sociales, por cuanto son éstos los que están siendo liquidados por el capitalismo global. Es esencial  que  la  ciudadanía  y  la  mayoría  social  trabajadora  en  el  conjunto  del  Estado, desde una perspectiva social y de clase, ejerza el derecho a decidir en defensa de sus derechos políticos, sociales y laborales.

Defendemos un modelo de Estado que permita acomodar el pluralismo de identidades,  capaz  de  tener  un  discurso  común  donde  se  reconozca  la  diversidad;  un Estado plurinacional no únicamente en el sentido de que suponga unir varias naciones sino también porque permite la convivencia en el mismo territorio y en la misma comunidad de personas que tienen concepciones distintas sobre la nación a la que pertenecen y que mantienen distintos sentimientos de identidad.

Sólo un Estado, que admita que en su seno, pueden convivir varios sentimientos de identidad nacional, puede dar satisfacción a ciudadanos que plantean de diversa forma la nación. Sólo un estado que profundice en la democracia a través del autogobierno  territorial  en  todos  los  niveles  es  capaz  de  manejar  con  soltura  los inevitables conflictos de identidad y convivencia y de resolverlos a través del diálogo y el consenso.

En particular, el nuevo marco constitucional debe abordar:

  1. Reconocimiento expreso del carácter plurinacional y pluricultural del Estado y del derecho a la autodeterminación.
  2. Reconocimiento de la cooficialidad de todas las lenguas españolas y del derecho de todos los ciudadanos a conocerlas y utilizarlas en cualquier lugar en sus relaciones con las instituciones estatales, remitiendo la regulación de los efectos de la cooficialidad en cada Comunidad a su legislación propia.
  3. Reconocimiento de los derechos lingüísticos entre los derechos fundamentales. d) Reconocimiento  de  los  derechos  de  los  inmigrantes  tanto  a  la  integración social como a mantener su propia identidad cultural.
  4. Fijar el  principio  de  que  la  pluralidad  nacional,  cultural  y  lingüística  sea  contemplada específicamente como valor a considerar en el sistema educativo y en los medios de comunicación públicos.

Al  mismo  tiempo,  la  transformación  que  propugnamos  exige  un  Estado,  con  un poder público fuerte, democrático y participativo, que se proponga intervenir para garantizar los derechos de todos; para proteger particularmente los derechos de la mayoría social trabajadora; para establecer servicios públicos de calidad y universales, que garanticen el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda, el derecho al ocio; para redistribuir la riqueza y las oportunidades. La transformación social exige un Estado que promueva no sólo el bienestar social, sino que promueva activamente la justicia social y la igualdad; no sólo un Estado de Bienestar sino también un Estado con Justicia Social.

Un  Estado  que  establezca  un  sistema  tributario  justo  y  progresivo,  donde  no  solamente  contribuyan  todos  sino  que  todos  contribuyan  en  la  medida  de  su  capacidad, pagando más quienes más tienen, sin tratamientos de privilegio de las rentas de capital sobre las de trabajo, sin paraísos fiscales, sean territoriales o sociales. Un Estado  que  incremente  fuertemente  el  gasto  público  y  especialmente  el  gasto social; un Estado que crea en la inversión pública y en beneficio de toda la ciudadanía; un Estado que no sea indiferente en cuanto al modelo económico, sino que lo planifique al servicio de las necesidades de toda la población y, especialmente, de la mayoría social trabajadora.

La propuesta de federalismo solidario requiere que la Constitución fije un sistema fiscal y de financiación equitativo y también solidario, concertado multilateralmente en el marco federal, donde cada ciudadano aporte progresivamente según su renta y reciba según sus necesidades, de modo que la carga fiscal dependa de los ingresos de cada persona física o jurídica, y no del territorio donde resida -con independencia de que la recaudación sea gestionada desde cada unidad federada y con una redistribución equitativa tal que, descontados los gastos federales generales y los fondos de solidaridad y reequilibrio que se fijen, cada unidad federada reciba la parte proporcional que le corresponda, de acuerdo con criterios objetivos acordados de forma multilateral.

El sistema fiscal y de financiación debe garantizar como objetivo irrenunciable que cualquier ciudadano o ciudadana reciba la misma calidad de los servicios públicos básicos,  los  mismos  derechos  y  las  mismas  prestaciones.  Pero  también  que  cada unidad federada cuente con los recursos necesarios para poder ejercer un autogobierno efectivo 1 de acuerdo con sus necesidades y prioridades.

Por COMITE AGRUPACION

Comité de la Agrupación de Profesionales y Técnicos del Partido Comunista de Madrid