[Marxismo-Leninismo]

Por todos estos motivos, el PCE debe plantearse que la estructura organizativa heredada de la transición para un Partido con el único objetivo de presentarse a las elecciones no es la correcta, pues con ella se ha llegado a todas las consecuencias antes descritas, ya que ha supuesto el abandono de la organización de las y los comunistas en todos los frentes, especialmente en el movimiento obrero, renunciando por un lado a extraer del conflicto capital-trabajo a sus componentes más conscientes, y por otro renunciando a trasladar la táctica del Partido a través de las correas de transmisión.. Un Partido Comunista ha de caracterizarse por tener una serie de principios tanto ideológicos como organizativos encaminados a un fin: la toma del poder por parte de la clase obrera, para la transformación revolucionaria de la sociedad. Para ello es de especial importancia la organización sectorial y territorial, en la que los y las comunistas analicen la situación concreta de cada ámbito, llevando al mismo la política del Partido fruto del debate de la
base, fruto de la democracia interna. La herramienta, tanto organizativa como ideológica para llevarlo a cabo es el marxismo-leninismo.

Queremos dejar claro que estaremos en contra de que el debate por el marxismo-leninismo se reduzca a una cuestión meramente folclórica y nominalista. No queremos cambiar un término de nuestros estatutos, queremos un marco ideológico que no sólo es la denominación de la mayor parte de los partidos comunistas del mundo, sino que también es la herramienta en la praxis que puede garantizar un debate serio, metódico y respetuoso entre camaradas a la hora de analizar el mundo actual y transformarlo. En definitiva, es la herramienta que permite el análisis concreto de la realidad concreta, es decir, del ahora. La decisión del Partido Comunista de España durante el IX Congreso de abandonar el concepto de leninismo iba mucho más allá del cambio en el uso de términos o identidades a lo que normalmente se pretende reducir lo que se escondía tras ello: era la renuncia a la perspectiva revolucionaria y la decisión de considerar el escenario principal de acción política del Partido Comunista en el campo electoral. Por esta razón, queremos reivindicar el carácter no nominalista de este manifiesto, pues proponemos cambiar las tornas y recuperar la perspectiva revolucionaria de la lucha del Partido.

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